Turismo en Ciudadela El Gran Pajatén

La ciudadela de Gran Pajatén se encuentra localizado sobre el margen derecho del río Montecristo, en el distrito de Huicungo, dentro de la provincia de Mariscal Cáceres, en el departamento y región de San Martín; a 2 850 metros sobre el nivel del mar, asentado en una meseta. La ciudad fue descubierta recién en 1964 por Carlos Tomas Torrealba y bautizada con el nombre de Gran Pajatén por el arqueólogo Gene Savoy. Estudios realizados en el 68, por el arqueólogo Duccio Bonavia, dieron como resultados, las descripciones de al menos 18 edificios circulares comprendidos en la ciudadela.



La ciudadela sería un importante legado de los Chachapoyas, durante los años 1200 a 1500, un grupo de hombres cuyas edificaciones se caracterizaban por su ubicación en zonas de difícil acceso, lo que garantizaba la seguridad y estrategias defensivas de sus recintos. La Ciudad de Pajatén no es una excepción al diseño arquitectónico de estos hombres ya que las construcciones de aquella se encuentran en la cima de una pendiente, al pie de una gran despeñadero de piedra caliza, con una angosta ladera de acceso, además de estar muy distante de otras civilizaciones.


El complejo Arqueológico conocido como el Gran Pajatén, es una maravilla de la naturaleza y de la mano del hombre. Es una belleza arqueológica poblada de leyendas y una realidad que muy pocos han tenido la suerte de visitar y conocer. Este sitio, bautizado como el Gran Pajatén por el explorador norteamericano Gene Savoy, ha sido incluido dentro del mito y la leyenda moderna como un lugar mágico y místico. Además ha sido asociado con una ciudad perdida en la selva, el mito de El Dorado; la ciudad de oro escondida en lo más profundo de la amazonía, y que prometía convertir en rico al que la encontrase. El Gran Pajatén es una ciudad de la cultura Chachapoya, y un enigma de nuestro pasado por la falta de estudios arqueológicos para comprenderlo.

Muchas historias hablan de él. La ciudad  del oro. La ciudad  perdida  que tanto deseaban los  españoles a  su llegada  a América.  No se sabe  a qué cultura perteneció. Pero, si que le dieron mayor  importancia a  la religión. El Gran  Pajatén es  un santuario  escondido en la espesa selva de San Martín.
Entre los ríos Marañón y Huallaga,  se ubica el valle del río Montecristo. Caminando hacia la parte alta  de él  se encuentra el Gran Pajatén. Su acceso es muy complicado.  Pareciera que la  intrincada selva seleccionara a quiénes pueden ser testigos de su misticidad y belleza.
El monumento más importante es el Edificio 1.  Desde  la entrada al recinto  se muestra la misticidad  de estos antiguos pobladores.  Cinco figuras humanas  con las rodillas doblas y brazos flexionados saludan a sus visitantes.  Cada figura lleva  una cabeza clava  intercalada con motivos antropomorfos y zoomorfos.  Ingresando  uno se da cuenta que   la edificación está dividida  en dos por una cornisa.   De manera escalonada la primera sección sirve de soporte  a la segunda

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